lunes, 28 de junio de 2010

Sucedió




Lo que tanto temía, y hace un año escribí, finalmente sucedió.
Aquí se ve, dos posts abajo como eran las cosas en ese entonces. No quería que sucediera pero ahi hubiese sido mas justo. Mas coherente.
Dejaste que realmente, realmente te quisiera para irte.
..



Te fuiste de mi casa por ultima vez.
No me vas a dar mas besos y no vamos a estar mas juntos. Ya me diste el último. (Y fue hermoso)
No nos vamos a llamar y hablar horas nunca mas.
Tengo renunciar a mi mejor amigo.
Sos el título de mi lista de fracasos.
Sos uno mas de todos los nombres de gente que quería y perdí por inútil, y definitivamente soy una mina mas para vos.
Eso es lo que paso.

Nos abrazamos. Yo llore. Mucho. Vos por supuesto que no.
Me dijiste que me queres. Yo te dije que te adoro y que sos de lo mas hermoso que me ha pasado en la vida.
Te fuiste. Yo me quede paradita en el escalón de la puerta de casa mirando como te ibas (como siempre hice), solo que esta vez fue la última. Y mientras te ibas sin mirar para atrás (como siempre hacias); rogando por que te dieras vuelta, yo senti que me moria.
Me senti la persona mas sola del universo. Un fracaso.
No te mande mas mensajes de texto. Ni uno de los miles que te mandaba a diario. Pasaste a ser un nombre en mensajes de texto viejos, de cuando estaba todo bien, que leo y releo sin tener el coraje para borrar. Me sobresalto cada vez que mi celular suena, para luego decepcionarme y sentirme muy boba al ver que no sos vos, y acordarme de por que.
Cuando vaya el sabado al concierto me voy a dar cuenta que ya nos convertimos en músico-espectador, si es que eso no es hasta demasiado. Te voy a mirar, y ver tocar y se me van a llenar los ojitos de lágrimas.
Voy a ser la primera en irme, para que no me veas las lágrimas, y para que no compartamos el camino. Lloro todos los dias, cada vez que paso por durazno y magallanes de regreso a casa.
Todos los viernes me voy a acordar de que ibas a casa a comer pizza cuando estaban las cosas bien.
Cada sábado me voy a preguntar que estarás haciendo, o con quien estarás; me voy a preguntar si habrás conocido a alguien. Me voy a preguntar por que tuvimos que terminar así, si yo te quería con toda el alma, y vos también... Que pasó??
Voy a tratar de convencerme de que no valés la pena, cuando se muy bien que es mentira.
Cuando tenga un mal día o un problema va a ser doble el dolor: por el problema en si, y porque no tengo a mi mejor amigo para contárselo.
Rezo todo el tiempo a todos los dioses en los que no creo para que por favor no me hayas olvidado y que, como un héroe, te aparezcas ese mismo momento en mi casa, sea la hora que sea, a salvar lo poco que quede de relacion. No sucede.

Espero que urgentemente esta serie cambie de guionistas.
No voy a esperar a la proxima vida.


Paso un año y no hay caso... seguís sin creerme mi vida, cuando te digo que siempre tengo razón.
...Es una tortura...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Idea...



Hace poco Bananorama cumplió CUATRO AÑITOS!!!
Que los cumplas feliz! Que los cumplas feliz! Que los cumplas que los cumplas que los cumplas feliz!!!

Ultimamente estoy bastante falta de inspiración. Asi que prefiero intentar un post con contenido cuando de verdad merezca.

Arrivederci

Una idea vagaba sola, solita, por el alfeizar de mi ventana.
La vi y me pareció tan linda, tan tierna que decidí simplemente mirarla.
Mirarla y dejarla ser. Dejarla ser y crecer.
Probablemente debería haberla agarrado, como cualquiera hubiese hecho, pero no quise coartar su libertad.
Por las noches la dejaba entrar a mi cuarto, ya que es bien sabido que un clima cruel no es bueno para las ideas. A veces dormía conmigo en mi almohada, otras veces en mi mesa de luz.
Durante el día charlabamos, o simplemente me divertía viendola bailotear; llenando de luz todo lo que veía a su paso.
Ella y yo nos quisimos mucho. Nos cuidabamos.
Un día mientras dormía -no recuerdo bien como fue- ella se fue.
Sin despedirse, sin abrazarme, sin darme aunque sea un último rayo de su luz.
Solo se que sentí un golpe, y al despertarme ella ya no estaba.

Mucho lloré por mi idea perdida.
Y al pasar los días y las semanas, regresó.
Me explicó que a veces las ideas necesitan irse lejos, salir de la monotonía, o de otra forma se apagan y se convierten en recuerdos; lo que mas teme una idea.
Entonces así era: Ella venía, se quedaba, y pasado un tiempo se iba para retornar luego....

To be continued...

jueves, 23 de julio de 2009

No quiero...


No estoy muy segura de nada ultimamente.
Ayer por primera vez vislumbre la mas real de las posiblidades. Los seres humanos creemos lo que nos conviene y nos gusta mucho autoengañarnos.
Ah! Me duele tanto... No tenés idea...

Se que tengo que hablarlo contigo.
Se que si, pero tengo terror a lo que pueda suceder. No. Tengo terror a lo que VA a suceder.
No quiero que te vayas de mi casa por ultima vez.
No quiero saber que no me vas a dar mas besos y no vamos a estar mas juntos.
No quiero saber que no nos vamos a llamar y hablar horas nunca mas.
No quiero renunciar a mi mejor amigo.
No quiero ir al ensayo y ser solo un 2do violín de algún lugar de la fila, y que vos seas un 1ero desconocido.
No quiero que encabeces mi lista de fracasos.
No quiero que seas uno mas de todos los nombres de gente que quería y perdí por inútil, y definitivamente no quiero ser una mas de las minas que te garchaste.
Y eso es lo que va a pasar.

Nos vamos a abrazar. Yo voy a llorar. Mucho. Vos por supuesto que no.
Me vas a decir que me queres. Yo te voy a decir que te adoro y que sos una de las personas que mas he querido hasta ahora.
Te vas a ir. Yo voy a quedarme paradita en el escalón de la puerta de casa mirando como te vas (como siempre hago), solo que esta vez va a ser la última. Y mientras te vas sin mirar para atrás (como siempre haces); rogando por que te des vuelta, yo voy a sentir que me muero.
Voy a sentirme la persona mas sola del universo. Un fracaso.
No te voy a mandar mas mensajes de texto. Ni uno de los miles que te mando a diario. Vas a pasar a ser un nombre en mensajes de texto viejos, de cuando estaba todo bien, que voy a leer y releer sin tener el coraje para borrar. Voy a sobresaltarme cada vez que mi celular suene, para luego decepcionarme y sentirme muy boba al ver que no sos vos, y acordarme de por que.
Cuando el martes llegue al ensayo me voy a dar cuenta de que en cuestión de unos días, nos convertimos en "compañeros de orquesta" si es que eso no es hasta demasiado. Te voy a mirar, y ver tocar y se me van a llenar los ojitos de lágrimas. Voy a ser la primera en irme, para que no me veas las lágrimas, y para que no compartamos el camino. Voy a llorar todos los martes y jueves, cada vez que pase por durazno y magallanes de regreso a casa.
Todos los viernes me voy a acordar de que ibas a casa a comer pizza cuando estaban las cosas bien, y pensar que si yo no hubiese arruinado todo, quizás estarías comiendo en el sillón de casa y tomando pepsi, contándome que tal el ultimo disco de Coldplay o escuchando de mi ultimo conocimiento al pedo; riéndonos.
Cada sábado me voy a preguntar que estarás haciendo, o con quien estarás; me voy a preguntar si habrás conocido a alguien. Me voy a preguntar por que tuvimos que terminar así, si yo te quería con toda el alma, y me merecía ser querida... Que habré hacho mal??
Voy a tratar de convencerme de que no valés la pena, cuando se muy bien que es mentira.
Cuando tenga un mal día o un problema va a ser doble el dolor: por el problema en si, y porque no tengo a mi mejor amigo para contárselo.
Voy a rezar todo el tiempo a todos los dioses en los que no creo para que por favor no me hayas olvidado y que, como un héroe, te aparezcas ese mismo día en mi casa, sea la hora que sea, a salvar lo poco que quede de relacion. No va a suceder.


Va a pasar el tiempo. Al cabo de unos cuantos meses de esta tortura, de a poco te voy a ir superando. Cuando la herida cierre, me voy a haber convertido en alguien como vos. Alguien que no quiere querer, porque no quiere que le hagan tanto daño otra vez. Detesto esa perspectiva.
Luego vamos a ir desapareciendo lentamente de la vista del otro: Vos vas a tocar algún lado en el cual yo no voy a dirigir, ni tocar y viceversa. (si es que logro dirigir algun dia...)
De a poquito así nos vamos a ir olvidando... Vos vas a ser un nombre mas en la lista de fracasos. Es mas, vas a ser el motivo por el cual yo no me la juego por nadie. Yo voy a ser una mas en la lista de las que te garchaste.
Y probablemente un día nos reencontremos en algún que otro concierto y nos saludemos apenas reconociendonos, como dos tristes desconocidos, y sigamos cada uno su camino. Tristes desconocidos, que, con una mínima vuelta de tuerca en el libreto, podrían haber terminado de otra forma.
...Quizás en otra vida nos vaya mejor...

Te voy a extrañar



Arrivederci
Ms. M


Cancioncitas


Dos temas.

1) I'll Cover You (Rent) - Hubiese sido tan lindo que asi fuera...
2)Estrellitas y Duendes (Juan Luis Guerra) -
Hubiese sido tan lindo que no fuera cierto...


1)

Live in my house,

I'll be your shelter,

Just pay me back
WIth one thousand kisses
Be my lover and
I'll cover you


Open your door,
I'll be your tenant
Don't got much baggage to lay at your feet

But sweet kisses I've got to spare

I'll be there and I'll cover you

I think they meant it when they said you can't buy love
Now I know you can rent it
A new lease you are my love, on life
Be my life Just slip me on, I'll be your blanket
Wherever,whatever,
I'll be your coat
You'll be my King, and I'll be your castle
No, you'll be my Queen, and I'll be your moat

I think they meant it when they said you can't buy love

Now I know you can rent it
A new lease you are my love, on life
All my life
I've longed to discover
Something as true as this is
So with a thousand sweet kisses,
I'll cover you

With a thousand sweet kisses,I'll cover you,

When you're worn out and tired,
When your heart has expired

If you're cold and you're lonely

You've got one nickel only
With a thousand sweet kisses, I'll cover you,
With a thousand sweet kisses, I'll cover you

2)


Viviré en tu recuerdo
como un simple aguacero
de estrellitas y duendes.

vagaré por tu vientre

mordiendo cada ilusión.

Vivirás en mis sueños

como tinta indeleble
como mancha de acero.

no se olvida el idioma
cuando dos hacen amor.
Me tosté en tus mejillas
como el sol en la tarde.
se desgarra mi cuerpo
y no vivo un segundo
para decirte que sin ti muero.
Me quedé en tus pupilas mi bien
ya no cierro los ojos.
me tiré a los mas hondo
y me ahogo en los mares
de tu partida, de tu partida.

Andaré sin saberlo
calzaré de tu cuerpo
como huellas en hierro
comeré lo que sobre
dentro de tu corazón.
Y seré un mar desierto
una frase silente
la elegida de un beso
un planeta de celos
esculpiendo una canción.

Me tosté en tus mejillas
como el sol en la tarde.
se desgarra mi cuerpo
y no vivo un segundo
para decirte que sin ti muero.
Me quedé en tus pupilas mi bien
ya no cierro los ojos.
me tiré a los mas hondo
y me ahogo en los mares
de tu partida, de tu partida.





lunes, 1 de junio de 2009

Fine

Todo se termina. Nos guste o no.
Algo se terminó hace poco para mi, y no se si es para bien o mal, pero fue algo importante para mi.
Por lo tanto, y con el perdón de muppet-madmoiselle, voy a publicar estos dos pequeños movimientos no musicales (El primero lo escribi hace tiempo pero me pareció muy pelotudo, el otro ayer) a modo de despedida.


I Allegro. Ostinato espressivo

Quiero verte.
Pero no quiero querer verte. No quiero querer verte para nada. Aunque quizas en realidad tampoco quiera verte en primer lugar. Si, es eso. Por que querría verte yo? No tengo nada para decirte ni gritarte, ni quiero abrazarte ni golpearte. No me aportaria nada verte, no me quitaria nada no verte.
No obstante puede ser que quiera verte sin motivo alguno y por eso mismo generar el no querer verte; es decir que hay una posibilidad de que quiera en realidad verte y que no quiera querer verte como fue primeramente especificado.
No entiendo mucho... pero no tiene sentido que quiera verte sin motivo alguno. No existe tal cosa. O sea que si quiero verte o si no quiero verte, tiene que ser por algun motivo. De la misma forma querer querer verte o no querer querer verte tambien debe de tener alguna explicación.


Pero quiero verte. Quiero verte y hablar contigo, y que me hagas reir. Quiero pelearme contigo como siempre y decirte cualquier cosa. Abrazarte, y que me des ese beso que me gusta.... que siempre me gusta... y que sabes que me gusta porque a vos te gusta tambien.
Y ahora no se... Estoy como perdida, como triste, como esperando... eso es, como esperando. No se que pasa y no entiendo nada. No me gusta no entender... no podría ser todo mas fácil?


II Finale: Adagio Lamentoso.


Tengo tu olor en mi ropa. En mi pelo.
Tengo tu olor, y eso es todo lo que me queda de vos.
A partir de hoy ya no nos conocemos.
Somo dos, no uno; y uno no seremos nunca mas.
Siento tu olor y recuerdo,
y te extraño, y te siento.
Una vez se vaya voy a quedar sola,
sola con recuerdos, un lapiz y un violín adolorido, vacío.

Nunca pensé que fueras a causar esto.
Algo así.
Tan grande.
Tan inmenso y poderoso, capaz de atravesar todo,
hasta mi propia piel, mi carne.

Pensé que no era nada.
Creí que era solo un juego.
Sin embargo te estás yendo, te estas yendo
y te veo.
Te veo de lejos y no miras para atras.
-Volvé!- No me oís.
Te fuiste.
Te fuiste y te llevaste todas mis semicorcheas.
Dejaste mi mundo en silencio,
y no hay mas música para mi.

Esta vez es realmente el final.
Me duele!
Todo lo que era nunca realmente fue.
El imperfecto engranaje que calzaba
perfectamente con mi imperfección...
Nunca existió...
Yo estaba equivocada.
La culpa fue mia, yo entendí mal.
Ahora lo se.
Perdón!
Por favor volvé! Por favor...
Clemencia. Piedad.

Volvé!
Devolveme tus besos y tu olor!
Quiero darte toda la música en mi cabeza y en mi alma.
Que la escuchemos juntos...
Lo que vos quieras, pero volvé...
Volvé y decime que era mentira,
que querés y que somo uno de nuevo.

Se va tu tren.
Yo me quedo acá, en el otro lado del mundo.
Tus ojos marrones me buscan simpáticos.
Mis ojos azules no paran de llorar.
Me abrazas.
Y te vas...
Te vas, me voy.
Nos saludamos de lejos.
Nos queremos...
Nos queremos?
Te vas.
No te pude decir nada.
Todo lo que no te dije...
Que me encantan tus besos,
que tus manos me enloquecen.
Que me haces reir!
Que te quiero.
Te quiero!

Si hubiese sabido,
si tan solo hubiese sabido
que ese iba a ser el último beso,
nunca te husbiese dejado ir.
Jamas te hubiese soltado.
Si hubiese sabido que ese abrazo,
ese instante perfecto,
no se daría nunca mas,
me hubiese aferrado a tu piel,
para estar así siempre.
No sabía.
Te perdí.



...No me olvides...
Ms. M

martes, 12 de mayo de 2009

Aniversario....

Hace exactamente 356 días que cambió mi vida...
No se como sucedió, no se por qué ni cómo.
Solo se que ese día, ese día que hoy cumple exactamente un año, marca un quiebre rotundo con tiempos de antaño.
Ese día me hizo incursionar en mundos incríbles, sueños grandiosos, horizontes inalcanzables y sin mencionar, conocer personajes inolvidables.
Me trajo problemas, inseguridades y angustia, como todo en la vida... Mucho trabajo, día por día. Pero al momento de hacer cuentas, la alegría recibida cada día mas aumenta.

Me trajo un amor... con quien todavía no conozco el final del cuento. O mejor dicho, me trajo dos.

Gracias!!!

Arrivederci
Ms. M





domingo, 12 de abril de 2009

Crónica de un dúo anunciado


Era nuestra primera vez. Luego de tanto ensayar (en realidad: mentirnos a nosotras mismas pretendiendo que ensayábamos) había llegado el día de nuestro debut como dúo musical: una actuación de 30 minutos o poco más en una reunión de fin de año entre los socios de un club muy “chic” de la ciudad, ubicado en un edificio de la Ciudad Vieja. Por supuesto que era una actuación honoraria… no podíamos pedir más siendo que no teníamos ninguna experiencia como dúo; de cualquier manera íbamos ilusionadas esperando recibir una gratificante cena como pago, y un buen vino a la altura de la cena.
Ese día se me había presentado entreverado, pero mi cabeza estaba clara: había conseguido resolver muy bien el examen de armonía que tenía esa mañana, en el cual había tenido que hacer más cuentas y escribir más números que en cualquier ordinario escrito de matemática en mi vida. En ese aspecto nos asemejábamos con la otra integrante del dúo, que dos días antes había conseguido salvar el último examen de matemática del liceo, para tranquilidad suya y mía (omití aclarar que la realización de esta actuación estaba supeditada al resultado de su examen: en caso de perderlo, su violín, por resolución de su madre, iba a terminar roto en el contenedor de la puerta de su casa con arco incluído, y nuestro dúo iba a verse disuelto sin siquiera haber debutado).
Habiendo llegado a mi casa al mediodía comencé a recibir los mensajes de mi compañera preguntándome por mi paradero. Ya entonces se encontraba en estado de shock (para ella era la primera vez que iba a tocar el violín en público). Un poco más tarde de lo que habíamos acordado (una o una hora y media después) abrí la puerta de mi casa para salir, recibiendo en mi cara el soporífero calor reinante en el exterior. Estando ya instalada en el taxi, con el teclado en la valija y el amplificador a mi lado (el cual exhibía un elegante pegotín con la inscripción “me cago en la cumbia”) recibí una nueva llamada de la susodicha violinista, increpándome por mi tardanza. La tranquilicé informándole que ya iba rumbo a su casa. Al llegar encontré a la muy hipócrita todavía sin vestir, con el pelo mojado, el violín sucio y fuera de su estuche, y las partituras desparramadas por el piso de su cuarto. En un día normal le habría dado a conocer como siempre mi opinión acerca de su desorden y los gérmenes en su cuarto, pero ese día no lo hice porque comprendía sus nervios… y debo admitir que a esa altura yo también los compartía… un poquito… De todas maneras ambas habíamos comenzado a sentir la adrenalina que se produce cada vez que estamos a punto de hacer algo que, sabemos, va a ser terrible.
Al llegar al club me sorprendí: el lujo a mi alrededor era mucho mayor a lo que me esperaba. Apenas entramos (por una puerta que daba a la plaza, por la cual seguramente había pasado mil veces antes pero que nunca había visto) nos atendieron muy amablemente, estando todos los empleados al tanto de nuestra llegada, no así de nuestros instrumentos (¿qué traíamos dentro de los estuches? ¿una guitarra chiquita? ¿un piano de verdad? ¿un muerto?). Intentamos ensayar un poco en la sala donde estaba destinado que tocaríamos pero luego de un rato decidimos terminar con el ensayo ya que de continuarlo mi amiga habría colapsado de un ataque nervioso al ser cada vez más evidente que las notas que tocaba se iban alejando progresivamente de su afinación original. A mí me ponía nerviosa también un mozo que pasaba insistentemente por delante nuestro y nos sonreía como quien sonríe a alguien que le inspira lástima. Fue ahí que decidimos que lo más productivo iba a ser alejarnos por un rato de ese lugar y llenar nuestros estómagos con algo de comida.
Afuera ya estaba atardeciendo y el clima estaba ideal. Mientras comíamos aceleradamente (ya que otra vez se nos había hecho tarde) discutimos, más o menos en buenos términos, acerca de a quiénes invitaríamos a nuestra segunda actuación que tendría lugar, milagrosamente, esa misma noche. El hecho milagroso en realidad no era que la otra actuación fuera el mismo día, sino que realmente existiera otra actuación, a lo que luego se le sumaría otro milagro: que luego de la primera experiencia siguiéramos insistiendo en la idea de realizar la segunda actuación. Al término de dicha discusión, y fundamentalmente a instancias mías, acordamos que no invitaríamos a ninguno de nuestros amigos que tuviera un mínimo de conocimiento o gusto musical.
Cuando volvimos al club notamos que los invitados a la reunión ya estaban llegando, y que la mayoría de ellos superaban la esperanza de vida de nuestro país así como también el promedio de cirugías plásticas per cápita. Nos apoderamos del baño y comenzamos a peinarnos y maquillarnos para mejorar nuestra imagen (si es que eso se puede considerar posible), pensando que de esta manera conseguiríamos distraer la atención de nuestros espectadores durante, al menos, la primera parte del espectáculo. Luego me arrepentiría enormemente de esta idea: tuve que vigilar constantemente mi escote mientras tocaba ya que las miradas que recibía de algunos caballeros presentes me hacían sospechar que mis atributos mamíferos se habían rebelado y puesto en exposición fuera de mi ropa, sospecha que afortunadamente nunca resultó cierta. Creo que esta también fue la razón por la cual el momento que transcurrió luego de que fuéramos presentadas (presentación que, se suponía, no iba a existir), en el que cruzamos todo el salón hasta llegar al lugar donde habíamos dejado nuestros instrumentos, resultó eterno.
Al fin estábamos instaladas en nuestros lugares e íbamos a comenzar nuestra primera actuación. Los asistentes, perfumados y enjoyados barrocamente, estaban expectantes. Miré a mi amiga y sorprendentemente su cara no era de terror sino de seguridad. De todas maneras esa seguridad se esfumó rápidamente al comenzar el primer tema de nuestro repertorio. Este era “Hey Jude” de los Beatles. Tal como habíamos acordado toqué el “do” con el que comenzaba el tema para que mi compañera lo afinara, así como luego toqué otras notas para disimular esta aberración (aproximadamente unas ocho o diez notas más hasta que ella me miró con cara de “¡basta!”). Igualmente el primer sonido que salió de su violín no se correspondía con ninguna de ellas, ni con ninguno que yo hubiera escuchado antes.
Ese fue tan solo el primero de los contratiempos que tuvimos. Ella había empezado a tocar tan bajito que yo apenas la oía. Empecé a decirle entre dientes “¡más fuerte!” pero no estaba segura de que me escuchara: su mirada estaba clavada en la hoja que tenía delante en el atril, y daba la impresión de que era la primera vez que veía esos extraños símbolos que ahí habían y decían llamarse “notas”. Cuando me quedaba alguna mano libre trataba de manotear el amplificador y bajar el volumen de mi teclado, pero el resultado siempre era peor: cuando no se me movía el atril y se me caía la partitura, bajaba tanto el volumen que ni yo me escuchaba, permitiendo a su vez que se escucharan con más nitidez los sonidos que ella sacaba desesperadamente de su violín.
Cuando terminamos el primer tema juntas (ignoro cómo ya que en determinado momento me di cuenta de que yo estaba tocando una parte que se encontraba a varios compases de distancia de la que estaba tocando ella) sonreímos y recibimos numerosos aplausos. Ahí nos miramos pensando que lo peor ya debía haber pasado.
Por supuesto que estábamos equivocadas. En los temas que se sucedieron conseguimos milagrosamente potenciar aún más todos los problemas que habíamos tenido en el primero (la distancia de algunos compases de desfasaje en “Hey Jude” la ampliamos a varias páginas en “Fly me to the moon”). De cualquier manera siempre recibíamos numerosos aplausos y felicitaciones, confirmando mi sospecha de que nuestros ocasionales espectadores cumplían con la condición de poseer escasos conocimientos musicales, o más exactamente: nulos. También ayudaba el promedio de edad de la sala (que seguramente se correspondía con una capacidad auditiva disminuída), y la cantidad de litros de whisky que corrían entre los invitados (que se correspondían con unos aplausos cada vez más enfervorecidos).
Creo que fue el whisky lo que motivó el momento más bizarro de la noche: encontrábame yo por comenzar el hermoso solo de “Alfonsina y el mar” cuando siento que alguien se sienta a mi lado. En principio no me inquietó demasiado, así que decidí continuar tocando sin mirar a mi costado. Luego la situación se tornó insostenible cuando esa persona comenzó a hablarme, alabándome por mi manera de tocar (ahora que lo pienso evidentemente fue el whisky lo que motivó esta escena). Los nervios hicieron que el hermoso solo se convirtiera en un montón de notas sin ninguna relación tonal que se sucedían cada vez más rápidamente. Terminé a los manotones con el teclado, y di por finalizada mi parte en un acorde que me sonó muy extraño, pero eso, luego de lo anterior, ya no tenía ninguna importancia. En ese momento miré a mi amiga suplicándole que empezara a tocar. Sin embargo ella demoró en entrar porque tenía el violín apoyado en la falda y no estaba preparada: había estado muy entretenida admirando el color rojo que había tomado mi cara en el transcurso de mi solo.
Fue así que llegamos al final de nuestro repertorio. A pesar de todos los contratiempos creo que tuvimos algunos buenos momentos durante el espectáculo (ahora no me acuerdo de ninguno, pero estoy segura de que los hubo…). Habíamos reservado nuestros dos mejores temas como bis: eran dos tangos, “La última curda” y “Volver”, que la violinista (también cantante) iba a interpretar, y yo iba a acompañar. Como era previsible, dado el nivel de alcohol en la sangre de nuestros oyentes, estos tangos fueron un éxito. Mi amiga recibió numerosas felicitaciones por su voz, lo cual hizo que los insultos que les profiriera más tarde, cuando ya estábamos las dos solas, fueran más numerosos aún que las felicitaciones, ya que consideraba que de esta manera habían querido desalentarla subliminalmente en su carrera violinística.
Cuando ya me estaba parando detrás del teclado, dando por finalizada mi intervención en la reunión, entré en pánico al notar que los asistentes que habían consumido más whisky se habían envalentonado y vociferaban nombres de tangos y zarzuelas (la mayoría desconocidos para mí) que querían cantar, pretendiendo que yo los acompañara. Sabiendo que eso era imposible dada mi capacidad musical me acerqué a mi amiga y le rogué que anunciara que nos teníamos que ir rápidamente porque teníamos otra importante actuación por delante, lo cual a esta altura yo ya ni sabía si era cierto o no. Recibidas las manifestaciones de congoja de todos por nuestra pronta partida nos dispusimos a guardar nuestros instrumentos y dirigirnos a la puerta que conducía al hall de entrada. Ya en el hall nos olvidamos de nuestro apuro cuando uno de los mozos nos ofreció una cena en el balcón de otro salón del club, el cual tenía una preciosa vista a la plaza. Cuando salimos al balcón notamos que el día ya se había convertido en una noche de verano hermosa. Nos sentamos tranquilamente y el mozo comenzó a traernos distintos platos. Tal como era previsible la comida era tan elegante que no pude distinguir ninguna de ellas (podía estar comiendo crepes con carne de conejo, caballo o cocodrilo; era lo mismo para mí).
Ahí estuvimos como una hora o una hora y media, hasta que nos dimos cuenta de que no podíamos dilatar más nuestra ida al boliche en donde teníamos la segunda sesión anti-musical de la noche. En el taxi nos fuimos tranquilizando pensando que como era miércoles seguramente habría poca gente, pero al llegar vimos nuevamente rotas nuestras esperanzas cuando advertimos que había tanta gente en el boliche que habían puesto un montón de mesas afuera que ocupaban gran parte de la vereda. Cuando terminamos de bajar los instrumentos del taxi la gente nos empezó a mirar. A esa altura lo único que quería hacer yo era cavar un pozo en la vereda para enterrarme, pero mis probabilidades de conseguirlo eran casi nulas. Afortunadamente mi compañera encontró a un par de amigas que habían ido a vernos, así que nos sentamos con ellas. Con la excusa de que estábamos cansadas por la anterior actuación conseguimos que nos dejaran descansar un rato ahí sentadas, tomando algo. Nuestra verdadera intención era hacer tiempo para que se hiciera tarde y la gente comenzara a irse.
Luego de bajar algunas jarras de vino entre las dos para superar el momento, nuestro deseo se hizo realidad: cuando advertimos que sólo quedaban aproximadamente 20 personas presentes en el lugar (contándonos a nosotras, las amigas que habían ido a vernos, las mozas y el dueño) decidimos que ya era momento de actuar. Nos ubicamos dentro del boliche, y al prender el teclado noté los estragos que el vino había provocado en mi vista y, fundamentalmente, en mi cabeza. Creo que era por esto que todo me resultaba tan divertido y entusiasmante en ese momento, al punto de decidir tocar algunos temas de memoria para incrementar la sensación de adrenalina (memoria que en ese momento no se encontraba disponible). Creyéndome, entre todos mis delirios, un as de la improvisación, comencé a tocar lo que para mí eran los acordes de “Imagine” (que por supuesto no lo eran), logrando que ahora fuera mi amiga la que me mirara a mí con cara de consternación y pánico. De cualquier manera esta fue para mí una actuación mucho más feliz que la anterior ya que mi estado etílico hizo que mi percepción relativizara los grandes contratiempos que tuvimos, convirtiéndolos en simples percances sin importancia.
Nuestro pago aquí consistió en una nueva jarra de vino (por si las anteriores no hubieran sido suficientes). El dueño del boliche, que se sentó con nosotras porque ya no tenía ninguna mesa que servir (nuestra actuación se había encargado de que el local se vaciara), amablemente nos invitó a no ir nunca más a tocar allí, diciéndonos que lo que hacíamos era música “más acorde a otro tipo de lugares, como restaurantes de hoteles, para que la gente se regocije escuchándola mientras come”….
A pesar de este eufemismo, esa noche ambas nos acostamos tranquilas y contentas. Sabíamos que no habíamos hecho ningún aporte valioso a la escena musical montevideana (más bien todo lo contrario), pero nos habíamos sacado el gusto de hacer juntas lo que queríamos, lo cual nos iba a ligar para siempre en nuestro recuerdo.

EPÍLOGO

Este dúo, sin el menor sentido de compasión por la salud psico-emocional de sus allegados y demás infelices, continúa persistiendo en su intento de hacer música, y actualmente se encuentra ensayando un nuevo repertorio para atormentar ocasionales futuros espectadores.
Los esperamos en nuestra próxima actuación.

jueves, 9 de abril de 2009

Esperando

Apenas me tomé el ómnibus que me llevaría a mi casa me senté en un asiento de esos del montón y comencé a pensar en esa noche rara que estaba terminando para mí.
Estaba terminando por mi culpa; yo lo había decidido. Sin embargo ahora no podía evitar cuestionármelo. Me sentía culpable por lo que había dejado atrás, ¡pero sabía que tenía derecho a serlo! Estaba muy decepcionada... pero me sentía cruel... mala...

Fue entonces que lo ví desde la ventana, serio, esperando, sentado solo en un banco de la plaza abrazado a su mochila negra. ¿Qué esperaba? Todavía no sabía. Hacía media hora (¿o una hora...?) que nos habíamos separado en la parada, la misma en la cual yo había llorado sola aquella vez, cuando sentí que nuestra amistad se había acabado, hace tiempo ya.
Al verme a mí, sentada también sola en el ómnibus vacío -a no ser por el chofer, el guarda, y un par de tipos que dormían como si no pasara nada, porque esa noche realmente no pasaba nada fuera de mí- me sonrió, y la sonrisa le iluminó su cara, y la mía.
Ahí comprendí que todo iba a estar bien; que yo estaba bien; que él estaba bien. Quizás era eso lo que estábamos esperando ambos, sin saberlo.
Realmente no había perdido nada, porque no tenía nada que perder.

lunes, 2 de marzo de 2009

Semáforo


Esta vez no viajaba en el 104, sino que caminaba por la cuadra de mi casa. Llovía mucho, realmente llovía mucho. Nuevamente mi atención se centro en la gente. La gente.
A diferencia de la vez pasada, los noté totalmente estáticos. El agua cayendo del cielo había paralizado a todas estas personas, empujándolas debajo de balcones o suerte de techos protectores de este líquido amenazador. (Nótese que este era AGUA).
Esta vez yo era completamente dinámica. Mi cabeza llena de locuras sobregiradas y proyectos e ideas. Estaba desbordante de felicidad y energía. Por una vez el mundo estaba quieto y yo le había ganado la carrera.
Aquellos individuos estáticos estaban molestos. El fluido nocivo que caía del cielo los mojaba, su ómnibus no venía, y quién sabe cuantas miles de cosas apuradas y frenéticas tenían que hacer. Tenían motivo para estar molestos, su rutina estaba rota, el mundo se había encontrado con un semáforo en rojo.
Llegué a mi casa y me dispuse a comer algo antes del ensayo.
Cuando abrí la puerta para irme noté que había salido el sol, y todo se había dispuesto como estaba antes.
-Cuanta celeridad en esta tierra.- Pensé yo suspirante.
Llegué tarde, y me di cuenta que nuevamente todo había vuelto a la normalidad.
Pero hoy no me importa.

Arrivederci
Ms. M

Ver 1era parte: "Ómnibus"----> http://lebananorama.blogspot.com/2007/10/mnibus.html

martes, 13 de enero de 2009

Saludo Muppet-afectuoso a todos los lectores de Bananorama

Buenas nuevas!
Aquí les escribe esta nueva editora de este monumental blog... Lamento el retraso desde el anuncio de mi adherencia hasta ahora, pero es que la vida no es fácil en estos momentos (sí, soy emo, y qué?).
En estos momentos no tengo mayores reflexiones que ofrecerles, sobre todo por el hecho de que el tiempo me está apretando cual pantalón de Howard Wolowitz. Sí les voy a dejar una reflexión de un tal fulano, Oscar Wilde se llama, que me parece atinada para la situación, y también una foto que me favorece más que aquella que publicó Ms. M en el anuncio de mi adherencia, la cual fue igualmente bienvenida Muppet-afectuosamente.

Au revoir!
Muppet-mademoiselle
"El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos"
Oscar Wilde


viernes, 2 de enero de 2009

Tarde




Corría el día con una prisa impaciente, parecía no querer esperar a la noche.
Mientras tanto las gotitas de lluvia caían felices en mi ventana como pequeñas perlas húmedas.
Yo miraba. El cielo no lucía tormentoso, simplemente aburrido, gris y aburrido. En el parque las flores sonreían coloridas como jamas las había visto antes. Nuevas, limpias, puras. El olor en el aire me llevaba a un lugar verde y alejado; ese olor a naturaleza y humedad típico de los días de lluvia.
La calle estaba absolutamente desierta; el calor y el agua habían alejado a todos los peatones. A pesar de ello veía a algún caminante pasar ocasionalmente, siempre triste y apurado. Con un ritmo característico de los habitantes del nuevo mundo.
Las corcheas y fusas dibujadas en las hojas daban la impresión de querer saltar de su lugar en el pentagrama, con ansias de convertirse en música por si solas sin necesidad de ser leídas.
Todo lo que me rodeaba presumía celeridad, ansiedad e impaciencia. No obstante, mi calma y tranquilidad poco características permanecían intactas.
Me recoste entretenida con el danzar de las figuras de mis partituras y simplemente me puse a pensar. Pensar en como todo había cambiado, pensar en las paredes de mi cuarto, pensar en las sombras de la lámpara, pensar en el tres de Mozart... Simplemente pensar.
Fugaz como un rayo un pensamiento se cruzo por mi mente.
Pensé en vos.
Rápidamente me incorpore y mire a mi alrededor. La lluvia había cesado para dar paso al sol, los autos circulaban en forma desmedida, las corcheas y las fusas lucían aburridas y estáticas, y hasta las flores habían perdido protagonismo. Todo había vuelto a la normalidad, incluido mi estado de ánimo.
Me paré y abrí la puerta del cuarto, bajé las escaleras corriendo y abrí la pesada puerta de entrada. El ruido me abrumó. Corrí y corrí hasta que no pude correr mas, entonces caminé, prendí un cigarro y trate de recuperar el paso. Me tropecé con una baldoza rota y me reí de mi torpeza, aunque rápidamente recordé mi objetivo inicial. Me había convertido en una nuevomunidsta mas, apurada y alterada.
El sol brillaba como nunca. Miré a mi alrededor y seguí caminando.
Hasta que llegué.
Y cuando llegué, caí en la cuenta de que era tarde.
El sol brillaba como nunca, pero en mi interior llovía... Como siempre.
Porque era tarde.
Porque el mercenario reloj de la vida me habái vencido nuevamente. Porque me di cuenta.
Porque te quiero... Pero era tarde.

Reflexion de fin de año



Hablaba hace poco con una de mis ahora dos lectoras asiduas, de como encarar el termino del año y el comienzo del siguiente. Ella me comento que todos los años, en cada 31, escribia las reflexiones de los eventos sucedidos en el año que despedia. Yo lo habia hecho un par de veces, pero no todos los años. Este año decidi hacer un par, ya que ha sido un año sumamente importante para mi. Antes de que se termine el año (ya que queda muy poco) voy a hacer una breve, brevisima reflexion, aca en el blog, en la que voy a señalar los highlights de cada mes, las cosas que me marcaron, las personas que me marcaron.

Empiezo(trate de respetar el orden cronologico, pero no es del todo correcto, sobre todo en la mencion de las personas) :

Enero, Aguas dulces, Caipirinha, Tabaco, Rochi, Maru, El clusss!!!, Oreja Mutante, Valizas, Las dunas del Cabo, Sirilo, Cumple de Mato, Eli, Luli, Maru, Ale, Mathias... Febrero, Examenes,Mate, Cumpleaños de Jorge, Mi abuela ebria.... plotch, Mi cumpleaños, Cumpleaños de Mayra, No mas esgrima (Auch), Festival de Jazz en cinemateca, Rochi, Traduccion del corto, Tabaco... Marzo, Facultad de Ciencias, Mer, María, Lucia, Laura, Muchas risas, Chistes cientificos, Coro de la Fcien, Festejo de los 15 años que en realidad eran 14(todo es valido para salir de joda), Lanzilotta... Abril, Examen(perdido), Cenas con Maru en ponte veccio, No mas facultad (Doble auch)... Mayo, Destaoriyaaaaaa!!!, Claudio (gran docente gran), Violin, Toque en union Latina (tsunami de auchs...destruccion emocional, momento plotch: Ay no, estas casada?, Entonces tenemos que salir. Perdona, pero estoy saliendo con otra... plotchplotchplotch), Verdi, Junio, Hot Club!, Violin, Mozart, Lucas Terry (seguimos barriendo abajo de la alfombra los momentos bizarros) limites y derivadas, Eduardo(otro gran docente), Mate, Rossini, Entrevistas varias, German (terrible aguante de cabeza!), La clave (de comunicar), Mayra(pianista/muppet favorita, terrible amiga)... Julio, Maru, Examen(perdido), Pluna, Violin, Piazzolla, Cigarros, Mucho sueño, Zitarrosa(x2), Laura(excelente amiga, fantasticas charlas, tremendas comidas!)... Agosto, Audicion, Cumple de Felipe, No mas pluna (auch),Sibelius, Fiebre, Violin, fiesta de caro(chan)... Septiembre, Ella Fitzgerald, Fede(Allegro Moderato a full!), Mudanza, Fiesta de Maru(karaokee), Lecto con Rodrigo (el profee!!), Concierto en honor al """"Maestro Ruben DeLa Puente""""" (JUAJUAJUAJUA), Tango tinto en pocitos con historias de amor y tabaco, Ramblazo con Maxi (que buenas charlas che!!), Mucho violín, cumple de Ger(confirme que soy impresentable), Chivito en la venecia (La humanidad esta llegando a la encrucijada, o algo asi), Gusanito Manzana, Ohhh Cio Cio Sannn, Club social y deportivo Victoria... Octubre, Vivaldi, Matematica, Mamboo, Violin, Caro, Espacio Guambia, Dia del Patrimonio (toque en el callejon y Mamboooo), Zarzuela(Cara de Poker de Javier), Festival de Jazz de Audem(¡?), Beethoven, Flodo y Floto, No mas destaoriya (sniff...), Tabaco, Javier(todavía te debo un par de almuerzos!) , Violin, Musical, Concurso de piano (why, god, why??) Jean-Luc Ponty, Rocioooo, Cantando en el congreso, No mas banda... Noviembre, Rimsky-Korsakov, Mas Mambo, Hamburguesas en los de Eli, Maru y su primera experiencia al volante jajajajaja), Violin, Farolito, Matematicas, violin, mate, violin, tabaco, violin, Vino, Semana bizarra del año (Muere Panone, y otras cosas mas...auchs varios), Caro, Grapelli, cumple de Javier, Maru, Oscar Peterson, Cumple de Fede, Cumple de Lau y Alo, Vinicius... Diciembre, Hancock, Matematicas, Toque en tijuana con Belu (soy una fantasma... no, una Señora fantasma), Chet Baker, Destaoriya en el solis, Mucho mas Tabaco, Ensayos, Violin (x20), Mayra (que duo!!! Fuck them all!! We Ruleeeees!), Examen de Matematicas(salveeeeee, soy libreeee), Toque con mayra en el club uruguay(gran plotch) y en el farolito(todo un exito), Hombres plotch, Multiples reuniones en lo de Javi, El mejor 24 everr (mucha comida, paseo por la rambla), El mejor 25 ever (Reunion en lo de javi, salida a mariachi, si, mariachi... chanes multiples), Helado con Mayra en el centro (colosal sacada de cuero, no quedo titere con cabeza), Top 10 musicos Hot junior y senior, Tattttoooo, Gripe, Conversacion Bizarra con Ger, Per se!!! Mas gripe, violin, Garota de Ipanema (todo un hit), 31 en lo de los Martirena, salida con Maru, Drunken Gathering en casa (PLOOOTCHHH!!!! Linda forma de empezar el añooo!!!! Excelente augurio para el 2009!)

Ms. M
Valete

domingo, 28 de diciembre de 2008

La nueva editora/muppet de Bananorama

Buenas buenas. Hoy traigo buenas nueva.
Se ha adherido a Bananorama una nueva editora la cual espero aporte humor y reflexion (mas) a este hogar cibernetico.
Es mi placer dar la bienvenida a piano_mademoiselle al team.
Como soy famosa por mi originalidad, las imagenes que voy a colocar a continuacion en honor a la nueva miembro, son totalmente impredecibles (plotch).

Una vez mas, Herzlich Wilkommen!!
Ms. M





------------------------------------------




Imagenes:

1:Escondite
2:Contraste
3:piano_madmoiselle en concierto!!! (featured picture, imperdible!!!! Cortesia de intrusos)


























(No me digas que la 3 no es brillanteeeeee!!!...
No te quejes, podria haber puesto una de tu GAP)


lunes, 15 de diciembre de 2008

Gnome Theory

El post de hoy va dedicado a mi Rosie: No tengo la creatividad como para dedicarte algo escrito por mi hoy, ya que estoy al borde del colapso fisico y mental, pero encontre esto que te va a divertir (cortesia de uncyclopedia.)

Au revoir
Ms. M

Physics doesn't exist, its all about Gnomes


As we all know, physics is really, really hard. That's because in reality it's all one vast illusion - an extravagant lie carefully constructed just to confuse us. By gnomes. Read on and find out the unsettling cuddly truth you never knew about the whole gnome world . (Unless, of course, you've watched The Borrowers. They had it nearly right.)

Gnome Physics


Electricity

Inside cables there are hundreds of tiny gnomes 'high-fiving' each other and running around swapping semen. This transfer of messages allows things to work, e.g. the gnomes in a plug socket tell the gnomes in the wire, who eventually tell the gnomes in (say) a kettle to fart in the water allowing it to boil. Then they go and smoke pot, and get awfully stoned. The steam - what for gnomes is an intoxicating fog - has for some stupid reason absolutely no such effect on humans.

Atoms

Atoms are in fact minuscule gnomes, all holding hands and feet etc together to form an intricate web from which nearly everything in the universe is comprised. Radioactivity occurs when a rebel gnome is catapulted by his friends from their structure. Should this gnome come into contact with the gnomes from our body, he will offer them beer, thus making the local area either benign or malignant. Either way, just read: cancerous.

States of matter

A solid is little more than a closely compacted configuration of gnomes all holding hands, hats and legs. Heating (see Energy) causes gnomes to become excited or tickled. They start to hopelessly lose grip of their neighbors and thus, to the human eye, form a liquid. When gnomes get tickled pink they're finally able to hold on no longer and just float away in groups of one and more. To us, and indeed to them, it's a gas.

Metallic gnomes engage in elaborate flash-mob games of happy-slapping, whereby no individual gnome can be entirely sure which others he or (in the case of trans-gendered gnomes) she is in contact with at any one time. Such gnomes, as one might expect, get easily carried away by heavy metal music. In certain situations while forming liquids, for reasons yet to be fully explained (some authorities suspect it may be just an excuse for covert foreplay) gnomes get unbearably cold, in which case they all gather together, huddle up and, astonishingly, take on the appearance of ice. Colloids such as jello or glue are readily explicable: colloidal gnomes have a weakness for jello and similar squishy, greasy foods; the super-gnome content (see below) of such snacks is exceedingly high, so they themselves soon end up pretty fat and squishy, too.


Gravity

As you've probably noticed, gnomes like the ground. They all strive to be in the ground, hence the gnome explanation for gravity: not theory but fact. Gnomes throw minute ropes (see string theory), invisible to the human eye, to the ground. These ropes attach to unseen hooks that enable muscle-toned gnomes to pull themselves towards terra firma. There is minimal gravity far from planetary bodies (i.e. in space) because no known gnomes have access to cables of sufficient length. All bodies experience gravitational attraction to each other quite simply because gnomes are, to put it mildly, sociable creatures who practically invented what they like to call the hearty party. Gnome all-nighters are where gravity waves meet Mexican waves.

Light

If you think about it, its quite obvious, really. The gnomes that make up our eyes can see what colour hats other gnomes making up, say a table, are wearing. They then hi-five gnomes in our 'optical nerve' who run to tell the brain gnomes what has been seen. This makes us think we are seeing things when in fact it's all gnomes.


Anti-matter

Now this is a little more complicated. There are evil anti-gnomes. These make up anti-matter. Done.

Energy

All types of energy are transferred through gnomes. Heat is just gnomes rubbing other gnomes. Potential energy is when gnomes don't want to be separated (see Gravity). Kinetic energy is the movement of gnomes. Energy is always conserved so fundamental gnomes (see below) are only ever transferred and never made or destroyed. Energy caused by nuclear fission is when you make a hypergnome very angry, and when it gets angry enough it explodes, causing an enormous explosion. But gnomes are very amiable creatures, so this never happens. Nuclear energy is a lie.

Ecognomics

As underpants gnomes would say, there are 3 steps to getting rich: Phase 1: Steal Underpants Phase 2: ????? Phase 3: Profit!


Super and hyper-gnomes

So what are gnomes made up of? Surely they're not at the bottom of life, the universe and everything? They are in fact comprised of billions of even smaller gnomes, known as super-gnomes. They, in turn, are made up of billions of even smaller gnomes known as hyper-gnomes. Hyper-gnomes are the fundamental building blocks of everything. Though no one, to be honest, can yet be absolutely sure. Least of all, gnomes themselves.

Things explained by Gnome Physics

Now that we have covered the basics of gnome theory we are going to discuss and readily explain away certain otherwise curious physical phenomena.

Computers

Your computer is run by teeming squads of tiny gnomes. They beaver away at nano-sized work stations inside your PC. When you turn off your computer, they tend to collapse from utter exhaustion, desperate to grab a bit of shut-eye before you switch on again. Older gnomes can tremble at mere mention of the term booting up. And this is not just because the average gnome has hats like Imelda Marcos has shoes. What you see on your screen is in fact a highly complex configuration of gymnastic gnomes trained to Olympic standard frenetically swapping different colored hats at dizzying speeds. Casualties are not unknown. Dead pixels? Need we say more?


Aurora Borealis & Australis - Northern & Southern Lights

The salient principles of light having been well identified by gnome theory, certain atmospheric spectacles can now be explained. Gnome tastes in beachwear, particularly wet suits, tend to be garish, even luminous and highly reflective. Gnomes who stay too long in the sun on overcrowded beaches easily fall victim to a form of desert blindness. Beach bling can all too easily precipitate beach blink. Blinded gnomes tend to get lost. Some lose all track of land lines (see Gravity) and, as a consequence, waft upwards. When they'd run into fellow drifting gnomes in the upper atmosphere such was their immense relief that they got into the habit of throwing spontaneous carnival-like parties. Gnome beach wear has nothing on gnome evening wear. Sequins were invented by gnomes. As were strobe lights. In order to reduce the danger of getting hit by stray items of space garbage (burnt-out satellites, etc), health and safety considerations tended to confine such shindigs to venues above the north and south poles. What started off as impromptu events have since firmed up into regular night club scenes of immense Ibiza-like proportions. Teenage gnomes prefer little better, with or without sun-glasses, than getting utterly off their faces.

Mobile Phones

'Scientists' may try and fool you with talk of 'waves', but please don't believe these distracting and frankly stupid theories. Mobile phones are built (by gnomes) to incorporate a gnome catapult. These devices are worked by gnomes in your mobile phone (which coincidentally is made up of gnomes) to fire their gnome friends upwards when you place a call. The gnomes are fired into space where they land on 'satellites' (also made of gnomes). The gnome satellites then catapult separate gnomes to the mobile you are trying to contact (if you are attempting to 'connect' with a land line the gnomes are fired at a landing station where they run and hi-five down wires to the other phone receiver). When the gnomes reach the receiver you are connecting with there is an exchange of messages, hi-fives and presents (the unwrapping is the crackle you hear). More catapulting occurs back to the satellite and then to your phone. This process continues so that what you say is 'transmitted' to the other phone and vice-versa (the process is VERY quick, as these gnomes travel at the speed of light-gnomes). A call 'breaks up' or has no 'signal' when the presents that are exchanged are so good the gnomes don't bother coming back, but just sit and play. To sum up: gnomile phones.

Food

Gnomes cook up everything, including food. When you munch, say, a sandwich, gnomes who quite literally make up your sandwich mosey on downwards and eventually roll up in your stomach. As should be well evident by now, gnomes, given half an opportunity, are 24-hour party people. Any excuse for a party. Stomach gnomes never tire of living it up with gnomes from the world of daylight, and in no time fingers are clicking and hips are swaying. Such parties are at the best of times wild affairs; beer and much else flows freely. Eat too quickly, the party gets out of hand and, before you know it, you've got indigestion.
The morning after some sort of clean-up, like it or not, has to begin. Bleary-eyed stomach gnomes, some coughing and itching for the first fag of the day, try to stuff garbage into any bags or boxes to hand. Intestine gnomes, your body's bin-men, turn up at some point to cart off these bags and dump them through the intestine to the . . . well, you can guess. Let's not beat about the bush: bum gnomes shunt all this dreadful detritus towards the exit. Distinct varieties of food, as you'd expect, are cooked by distinct gnome nationalities. The spiciest foods tend to be of Asian origin. Such gnomes are notorious for their hard party style, so the morning after is often correspondingly painful. Anti-smoking legislation of the Euro-American kind has yet, it seems, to make any impact whatsoever in the Far East. And you wonder why those spicy blowouts can have unfortunate 'gaseous effects.'

Gnome food

Gnomes also need to eat and drink and it can be easily extrapolated from gnome theory how this occurs. The gnome digestion process occurs as described above but their food is made up of super-gnomes, who party in their stomachs. Of course, super-gnomes are also hungry entities and eat food made up of hyper-gnomes. Due to the fact the hyper-gnomes are fundamental and can't be broken down into anything smaller they do not need to eat or drink.

Alcohol

As all things are made of gnomes, it follows that even alcohol is made of gnomes. These are without doubt the rowdiest of all gnomes (except anti-gnomes). Alcohol gnomes divide into several groups. The first type look kindly and loving (which they indeed are) but have a stupendous sense of humour and love to play practical jokes. They will quickly travel to the brain gnomes upon arrival in the body and will wreak havoc with the head region; taking other gnomes' clothes while they are in the shower, throwing eggs at nearby gnomes and the like. This causes the brain gnomes to become distracted, so the body doesn't work as efficiently as it would normally. The senses become distorted (e.g. vision) and the human seems to think they are invincible. Wine is mostly made up of these gnomes and Females are particularly susceptible to this type. The next type are Beer (subdivided into Ale and lager subspecies) gnomes. These gnomes produce similar effects to the wine gnomes (especially if mixed - gnomes love to party) but through different methods. These gnomes (instead of being fun loving) are dangerous and enjoy getting in fights. They will provoke and cause violence against the gnomes in your brain, and swear loudly. They will push over desks and generally cause havoc. This is again why your senses become distorted etc. The last type of alcohol gnomes are 'spirit' gnomes (who are NOT supernatural). These type of gnomes are really sneaky and cunning. They can very quickly (for they are quite strong and obviously quick) infiltrate the gnome office of the brain and begin to sneakily alter the brain gnomes work. They will send fake emails (to the amusement of the wine gnomes), cause brain gnomes to work on useless tasks and generally ensure the brain gnomes cannot do their job. These again cause ill effects to your bodies ability to work (normally).




viernes, 12 de diciembre de 2008

There is nothing but jazz




Buenas buenaaaaas.
Despues de un tiempo sin escribir, y muchos encontronazos (bueno, en realidad pocos pero nefastos. En los cuales mi pobre cabeza dio muchas vueltas buscando soluciones inexistentes a problemas estupidos y respuestas racionales a preguntas sin sentido; mis emociones atravesaron maximos, minimos, puntos angulosos y tramos de no existencia en la grafica de mi humor y mis sentimientos fueron pisoteados y acariciados y pisoteados y acariciados nuevamente y una vez mas pisoteados) con gente muy complicada de mentes muy confundidas y razonamientos inentendibles y enigmaticos, he llegado a una conclusion a la que deberia haber llegado hace mucho tiempo:
La gente complicada no sirve para nada... reapeat after me: La-gente-complicada-no-sirve-para-nada.
No importa cuanto los quieras, o ellos lo quieran a uno, son complicados(valga la redundancia), son histericos y mas que nada son ROMPEPELOTAS! Y siempre estan confundidos... si no estan confundidos o si no tienen un problema que les complique la vida, o lo buscan o se la complican a uno. Id est: Rompen las pelotas.
Me canse de los amigos complicados, me canse de los hombres complicados, me canse de los familiares complicados, hasta me canse de los vecinos complicados...

Llego entonces al cenit de mi estres, y me cruzo con esta frase "There is nothing but jazz", y tras horas de reflexion profunda sobre estas cinco palabras que parecen insignificantes me doy cuenta de que es una de las verdades mas fervientes que lei en mi vida... a partir de ahora una filosofia
(No se que resultara, este es un cuento de final abierto, luego actualizo)

En fin, os dejo con esta reflexion, y si la paciencia alcanza pueden dejar algun comentario con las vuestras.

Arrivederci
Ms.M

P.S.: No es que no haya nada mas... es que no deberia haberlo!

lunes, 15 de septiembre de 2008

Huh??

Buenas, buenas... debido a la falta de internet y mas que mas de motivacion, nuevamente mi pobre blog estuvo por un tiempito, abandonado. Pero he descubierto recientemente que mis ideas eran erradas. Yo pensaba que nadie entraba a mi blog, ahora se que hay una persona que entra... no es mucho, pero es mas que nada. Es hasta un numero entero y todo!!

El post de hoy, (una noticia que no solo me hizo reir sino que tambien me hizo acordar a ella) vamos a dedicarselo a esa lectora que mete huevo y entra. Podria perfectamente contarselo en persona... cuando la vea... este viernes... pero pierde la magia y el misticismo (?)

(En realidad es una estrategia de marketing... le dedico un post medio boludo, se queda contenta, entonces sigue entrando.... jajaj era broma!!)


Agur
Ms. M

P.D.: La noticia es vieja, pero eso no quita que sea graciosa ...

----------------------------

Un gran misterio envuelve al monte Ben Nevis, el pico más alto de Gran Bretaña, luego de que un piano fuera descubierto en su cima ubicada a 1346 metros del nivel del mar.El piano fue rescatado el último fin de semana por 15 voluntarios de la entidad sin fines de lucro John Muir Trust, que restaura obras de arte. Nigel Hawkins, director del organismo, afirmó que "es un piano vertical, que tiene todas sus cuerdas intactas, pero que no tiene teclas".Una solicitud pública fue lanzada con el fin de averiguar cómo el piano subió la montaña y, sobre todo, por qué. Una pista de su origen es el envoltorio de un paquete de galletitas encontrado en el instrumento, cuya fecha de vencimiento es diciembre de 1986.

martes, 24 de junio de 2008

Demasiado amor....



Recién noto, que los dos posts pasados hablan del amor... me sentí un poco empalagada, así que hoy traigo una Canzoneta de Il Trovatore de verdi, que nada tiene que ver con el amor.
(Igual como si importara, si nadie entra)

Antio
Ms. M

------------------
Stride la vampa!

Stride la vampa!
La folla indomita corre a quel
fuoco lieta in sembianza;
urli di gioia intorno echeggiano:
Cinta di sgherri
donna s'avanza!
Sinistra splende
sui volti orribili
la tetra fiamma
che s'alza al ciel!
Stride la vampa!
Giunge la vittima
nero vestita,
discinta e scalza!
Grido feroce di morte levasi;
l'eco il ripete
di balza in balza!
Sinistra splende
sui volti orribili
la tetra fiamma
che s'alza al ciel!



martes, 17 de junio de 2008

Che cosa é amor?



Hoy dejo otra aria, en verdad una arietta, de La Nozze de Fígaro (Las bodas de Fígaro) de W.A. Mozart. A diferencia de la que deje anteriormente esta ópera, ademas de ser la continuación de otra, es alegre y juguetona... la madre de lo que hoy se conoce como "comedia de enredos".
La pieza que dejo a continuación es una arietta titulada "Voi che sapete", cantada por Cherubino (mezzosoprano), paje del conde, en la cual expresa sus inquietudes respecto del amor.

Arrivederci
Ms. M

----------------------------------------

Voi che sapete
Che cosa è amor
Donne vedete
S'io l'ho nel cor
Donne vedete
S'io l'ho nel cor
Quello ch'io provo
Vi ri diro
E per me nuovo
Capir nol so
Sento un affetto
Pien di desir
Ch'ora è diletto
Ch'ora è matir
Gelo e poi sento
L'alma avvampar
E in un momento
Torno a gelar
Ricerco un bene
Fuori di me
Non sochi il tiene
Non so cos'è

Sospiro e gemo senza voler
Palpito e tremo senza saper
Non trovo pace notte nè di
Ma pur mi piace languir cosi
Voi che sapete
Che cosa è amor
Donne vedete
S'io l'ho nel cor

Donne vedete
S'io l'ho nel cor
Donne vedete
S'io l'ho nel cor


jueves, 12 de junio de 2008

L'amour, l'amour, l'amour, l'amour!



Les dejo la letra de la Habanera "L’amour est un oiseau rebelle" de la magnífica ópera "Carmen" de Georges Bizet... esta semana ha sido bastante parecida a esta aria...

Au Revoir!






Quand je vous aimerai?
Ma foi, je ne sais pas,
Peut-être jamais, peut-être demain.
Mais pas aujourd'hui, c'est certain.

L'amour est un oiseau rebelle
Que nul ne peut apprivoiser,
Et c'est bien en vain qu'on l'appelle,
S'il lui convient de refuser.
Rien n'y fait, menace ou prière
L'un parle bien, l'autre se tait;
Et c'est l'autre que je préfère
Il n'a rien dit; mais il me plaît.
L'amour! L'amour! L'amour! L'amour!

L'amour est enfant de Bohême,
Il n'a jamais, jamais connu de loi,
Si tu ne m'aime pas, je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!
Si tu ne m'aime pas,

Si tu ne m'aime pas, je t'aime!
Mais, si je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!

Si tu ne m'aime pas,

Si tu ne m'aime pas, je t'aime!
Mais, si je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!


L'oiseau que tu croyais surprendre
Battit de l'aile et s'envola;

L'amour est loin, tu peux l'attendre;
Tu ne l'attend plus, il est là!
Tout autour de toi vite, vite,

Il vient, s'en va, puis il revient!

Tu crois le tenir, il t'évite;
Tu crois l'éviter, il te tient!

L'amour, l'amour, l'amour, l'amour!

L'amour est enfant de Bohême,
Il n'a jamais, jamais connu de loi,
Si tu ne m'aime pas, je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!

Si tu ne m'aime pas, je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!

Si tu ne m'aime pas,
Si tu ne m'aime pas, je t'aime!

Mais, si je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!

Si tu ne m'aime pas,
Si tu ne m'aime pas, je t'aime!

Mais, si je t'aime,
Si je t'aime, prend garde à toi!



martes, 13 de mayo de 2008

Carta a una señorita en París





Ahora, siguiendo los pasos de Tzara, dejo otro texto. Esta vez es un cuento, del gran, grandísimo, magno, Julio Cortázar. Espero se disfrute.

Gxis revido
Ms. M

Carta a una señorita en París

Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... Ah, querida Andrée, qué difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa, ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano, donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafio me pase por los ojos como un bando de gorriones.

Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve.

Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a la mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.

Cuando siento que voy a vomitar un conejito me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejilo de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas.

Entre el primero y segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar un conejito. En seguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método. Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible matar en seguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta Andrée, un mes es un conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta.

Me decidí, con todo, a matar el conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte, tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole a beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto de baño o un piquete sumándose a los desechos.)

Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las valijas... ¿Cómo explicarle que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debía estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un clic final, y que es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio.

Sara no vio nada, la fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido del orden a mi valija-ropero, mis papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión «por ejemplo». Apenas pude me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no jabonándome las manos para quitarles una última convulsión.

Comprendí que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y a la cuarta noche un conejito gris.

Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de la profundidad.

De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo, pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón, pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles, el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso.)

Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza.

Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos, hasta ese instante nada tengo que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y se comen el trébol.

Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo quería leer en la historia de López.

No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro -no es nominalismo, no es magia, solamente que las cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así.

Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen ¡Qué alivio esta oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! Qué alivio, qué paz, qué horror, Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión Y cuando regreso y subo en el ascensor ese tramo, entre el primero y segundo piso me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea verdad.

Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las patitas apoyadas y muy quieto horas y horas).

A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándome a cada carrera afelpada, a cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración en la alfombra y de nuevo el deseo de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle, Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto, para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas.

Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad, ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living, donde sus movimientos crean ruidos resonantes, tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso.

Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto, donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora. En el ascensor, luego, o al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan.

Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta los libros del segundo estante, alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome, y de pronto gritaban, gritaban como yo no creo que griten los conejos.

He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que serán trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales.