martes, 9 de octubre de 2007

Ómnibus

Viajaba en el 104 rumbo a casa luego de una larga charla con el Maestro. Pensaba en todo lo que me había dicho, y cuanto sentía que lo entendía; y cuando las lágrimas estaban tocando la puerta de mis vidriosos ojos noté algo mas.
La gente.
Gente que iba, venía, se paraba y se sentaba.
-¡Cuan dinámico es el mundo y cuan rápido se mueve! - pensé. Y me sentí estática, sentí que mi mundo estaba quieto, mientras que el otro mundo, el de afuera, se movía con una velocidad espeluznante. Me dio miedo quedarme atrás, y que nadie lo notara. Que nadie me notara. Luego el miedo se fue, pero quedo la nostalgia. Y creí verte. Creí verte por una ventana un poco empañada y sucia; creí ver tu pelo en el viento y tus ojos cristalinos. Pero no eras vos, ni era ese tu pelo, ni eran esos tus ojos.
Entonces volví a mi nostalgia y a mis pensamientos sobre la celeridad universal. Pensé en una gran supernova, pensé en el comienzo de todo y cada vez mas entendía el final, pero a su vez estaba cada vez mas confundida.
El ómnibus se detuvo y descendí. Miré hacia arriba, las estrellas, y todo volvió a la normalidad.

Agur
Ms. M

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola linda!!! me permití visitar y leer cada una de las cosas que has escrito, .......muy emocionada te digo que te amo mucho!!!!

Lupus dijo...

Muy linda poesía la tuya, yo también soy de escribir en mi nostalgia, solo que hace mucho que ella no me acompaña, en si agradezco a Dios por eso, pero mi faceta creativa está bastante apagada...

Mucho bueno...

Anónimo dijo...

Hola de nuevo!!! hace mucho que abandonaste bananorama....
Espero que leas los comentarios..., mmmm no lo sé!
Igual, Tam, y pasé para ver si habías escrito algo nuevo.